jueves, 28 de mayo de 2020

47) Santo Tomás de Aquino



Santo Tomás de Aquino-Doctor Angelico 




Tomás de Aquino, nacido en Roccasecca, Italia, en el año 1224  fue un fraile, teólogo y filósofo católico perteneciente a la Orden de Predicadores, considerado el principal representante de la enseñanza escolástica​, siendo la figura más destacada, y una de las mayores figuras de la teología sistemática. ​ En materia de metafísica, su obra representa una de las fuentes más citadas del siglo XIII. La Iglesia católica lo conoce bajo los nombres de Doctor Angélico, Doctor Común y Doctor de la Humanidad y considera su obra fundamental para los estudios de filosofía y teología. Fue el principal defensor clásico de la teología natural, es decir, el método de encontrar evidencia de Dios sin recurrir a ninguna Revelación Sobrenatural.

Tomás de Aquino nació en el seno de una numerosa y noble familia de sangre germana. Cumplidos los cinco años, Tomás recibió sus primeras enseñanzas en la abadía de Montecasino. Sus biógrafos destacan cómo fue su singular y temprana devoción al señalar cómo, desde bebé, se aferraba fuertemente a un papiro que tenía escrito el Ave María. Comenzó entonces su aprendizaje de gramática, moral, música y religión. El joven Tomás continuó su educación en la Universidad de Nápoles donde el estudio de las artes liberales, el currículo educativo de la época, lo puso en contacto con los principios de la lógica aristotélica. A la edad de diecinueve años, Tomás decidió unirse a la recién fundada Orden Dominica, opinión que no complació a su familia.



Tomás estuvo prisionero durante casi un año en los castillos familiares de Monte San Giovanni y Roccasecca en un intento de evitar que asumiera el hábito dominico y de obligarlo a renunciar a su nueva aspiración. Pasó este tiempo de prueba dando clases particulares a sus hermanas y comunicándose con miembros de la Orden Dominica. ​ Los familiares se desesperaron por disuadir a Tomás, que seguía decidido a unirse a los dominicanos. En un momento, dos de sus hermanos recurrieron a la medida de contratar a una prostituta para seducirlo. Según la leyenda, Tomás la alejó empuñando un hierro de fuego y dos ángeles se le aparecieron mientras dormía y fortaleció su determinación de permanecer célibe. Al ver que todos sus intentos de disuadir a Tomás habían fracasado, Teodora buscó salvar la dignidad de la familia haciendo que Tomás escapara por la ventana durante la noche.

En 1244, gracias a la amistad que había trabado con el Maestro General Juan de Wildeshausen, ingresó en la Orden Dominicana hacia cuya vida austera e intelectual se sentía atraído desde haberlos conocido anteriormente en un convento de Nápoles. Tomás sorprendió a los frailes cuando estos vieron que se había dedicado a leer y memorizar la Biblia y las Sententias de Pedro Lombardo, incluso había comentado un apartado de las Refutaciones sofísticas de Aristóteles que eran las referencias para los estudios de la época.

La Universidad de París era ideal para las aspiraciones del joven Tomás. Tuvo por maestros más destacados a Alejandro de Hales y a San Alberto Magno, ambos acogedores de la doctrina aristotélica.

San Alberto Magno, seguro del potencial del entonces novicio Tomás, se lo llevó a Colonia a enseñarle y estudiar profundamente las obras de Aristóteles, que ambos habrían de defender posteriormente. En ese tiempo, San Alberto fue su director espiritual, lo acompañó y encaminó su trabajo, lo que sentaría las bases para los trabajos posteriores de su discípulo. En esa época Tomás fue ordenado sacerdote.

Fe y Razón:

El pensamiento de Tomás de Aquino parte de la superioridad de las verdades de la teología respecto a las racionales, por la sublimidad de su fuente y de su objeto de estudio: Dios. Aunque señala que la razón es muy limitada para conocer a Dios, ello no impide demostrar que la filosofía (teodicea) sea un modo de alcanzar conocimientos verdaderos:

“Lo naturalmente innato en la razón es tan verdadero que no hay posibilidad de pensar en su falsedad. Y menos aún es lícito creer falso lo que poseemos por la fe, ya que ha sido confirmado por Dios. Luego como solamente lo falso es contrario a lo verdadero, como claramente prueban sus mismas definiciones, no hay posibilidad de que los principios racionales sean contrarios a la verdad de la fe”.


Tomás, por razón, señala que "Dios es simple", y, por fe, que es "trino", pero para ser trino (que no triple) hace falta ser uno, es decir simple, por lo que fe y razón no se contradicen, sino que la gracia de la fe supone (acepta) y eleva (perfecciona) la naturaleza, racional en este caso.

En su obra: “Suma teológica”, sostiene que la existencia de Dios es demostrable, además de responder a las objeciones de hacia su existencia como el problema del mal.




“Si el mal existe, Dios existe. Pues no existiría el mal una vez quitado el orden del bien, del cual el mal es privación. Pero este orden no existiría, si no existiera Dios”.

Tomás, muy por delante de las futuras exposiciones empíricas, da dos razones simples y fáciles de entender para negar la conclusión del argumento ontológico.

Una radica en la evidencia de la idea de Dios:

“Que Dios existe, es ciertamente evidente en sí, porque es su mismo ser, pero con respecto a nosotros, Dios no es evidente. Que el todo sea mayor que las partes es, en sí, absolutamente evidente. Pero no lo es para el que no concibe el todo. Y así sucede con nuestro entendimiento”.

Otra radica en la existencia de la idea de Dios:

“Y de que concibamos intelectualmente el significado del término "Dios" no se sigue que Dios sea existente sino concebido en el entendimiento. Y en consecuencia, el ser más perfecto que se pueda pensar no es necesario que se dé fuera del entendimiento”.

Aquí Tomás distingue "pensar algo como existente" y "pensar algo ya existente", señalando que la existencia que pide San Anselmo de Canterbury es necesidad, es un deber-ser meramente intelectual, no existencial.

Tomás, dejó claro que (debido a su inmensidad) no podemos contemplar a Dios como tal y señaló que la mejor forma de conocer a Dios sería mediante su Revelación directa: la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento, la Tradición apostólica y el Magisterio de la Iglesia.

Las “Quinque Viae” o Cinco Vías:

La demostración de la existencia de Dios, ofrecida en una formulación sintética a través de las así llamadas "Cinco Vías" es un punto breve en la magna obra de Tomás. No obstante, su exposición es tan completa y sistemática que ha hecho sombra a Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona o Anselmo de Canterbury y se ha convertido en el modelo de la filosofía clásica respecto a este punto. Las Vías tomistas son una demostración de la existencia de Dios a posteriori:

La Primera Vía se deduce del movimiento de los objetos. Tomás explica que un mismo ente no puede mover y ser movido al momento, luego todo aquello que se mueve lo hace en virtud de otro. Se inicia, pues, una serie de motores, y esta serie no puede llevarse al infinito, porque no habría un primer motor, ni segundo. Por lo tanto debe haber un Primer Motor Inmóvil (concepto aristotélico) que se identifica con Dios, principio de todo.

La Segunda Vía
se deduce de la causa eficiente (pues todo objeto sensible está limitado por la forma, de ahí que no sea eterno y sí causado). Se inicia, por lo tanto, una serie de causas análoga a los motores que termina en una Causa Incausada, identificada con Dios, creador de todo.

La Tercera Vía se deduce a partir de lo posible. Encontramos que las cosas pueden existir o no, que pueden pensarse como no existentes y por lo tanto son contingentes. Es imposible que las cosas sometidas a la posibilidad de no existir lleven existiendo eternamente pues en algún momento habrían de no existir. Por lo tanto debe haber un Ser Necesario que se identifica con Dios, donde esencia y existencia son una realidad.

La Cuarta Vía se deduce de la jerarquía de valores de las cosas. Encontramos que las cosas son más o menos bondadosas, nobles o veraces. Y este "más o menos" se dice en cuanto que se aproxima a lo máximo y (ya que los grados inferiores tienen su causa en algo genéricamente más perfecto) lo máximo ha de ser causa de todo lo que pertenece a tal género. La causa de la bondad y la veracidad se identifica con Dios, el Ser máximamente bueno.

La Quinta Vía
se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Tomás recuerda cómo los cuerpos naturales, siempre o a menudo, obran intencionadamente con el fin de lo mejor, muchos incluso sin conocimiento. Llegó a decir que cada ente, como causado, debe tener un orden dado, tanto por razón de su forma (esencia) como de su existencia y, remontándonos en la serie de causas finales, esto solo es posible si hay un Ser supremamente inteligente, que es Dios.






El Alma y el Cuerpo:
La enseñanza filosófica del Aquino sobre la entidad y relación del alma y cuerpo viene recogida, en gran medida, en la respuesta que da al averroísmo (corriente que considera que el alma se divide en dos partes: una individual y otra divina; que el alma individual no es eterna; y que no es posible, por ende, la resurrección de los muertos) y a su Teoría de la unidad del intelecto o entendimiento.

Para entender la singular energía de Tomás en respuesta a esta opinión habría que caer en la cuenta de dos aspectos de la misma: 
Traicionaban y confundían el legado de Aristóteles, provocando que el Tomás fuera objeto de innecesarias críticas. 
Negaba toda relación posible del hombre con Dios, lo que daría pie a la Teoría de la doble verdad donde se despreciaba la fe y confundía la persona de Jesucristo, haciéndola pasar por un sujeto doble, divino y humano, como lo hace hoy el modernismo teológico y la teología de la liberación.

A partir del asentimiento de Tomás al intelectualismo del alma, afirmará, por ser recipiente del universal, que ésta (el alma) es inmaterial e incorruptible. Respecto al cuerpo, Tomás criticó a Platón de rechazarlo y de afirmar la unión de ambos como accidental, por lo que defendió la unidad sustancial de ambos y su identidad como un solo sujeto.


Sobre las herejías: 
En la Summa theologiae, escribió:

“En los herejes hay que considerar dos aspectos: uno, por parte de ellos; otro, por parte de la Iglesia. Por parte de ellos hay en realidad pecado por el que merecieron no solamente la separación de la Iglesia por la excomunión, sino también la exclusión del mundo con la muerte. En realidad, es mucho más grave corromper la fe, vida del alma, que falsificar moneda con que se sustenta la vida temporal. Por eso, si quienes falsifican moneda, u otro tipo de malhechores, justamente son entregados, sin más, a la muerte por los príncipes seculares, con mayor razón los herejes convictos de herejía podrían no solamente ser excomulgados, sino también entregados con toda justicia a la pena de muerte.”

“Mas por parte de la Iglesia está la misericordia en favor de la conversión de los que yerran, y por eso no se les condena, sin más, sino después de una primera y segunda amonestación (Tit 3,10), como enseña el Apóstol San Pablo. Pero después de esto, si sigue todavía pertinaz, la Iglesia, sin esperanza ya de su conversión, mira por la salvación de los demás, y los separa de sí por sentencia de excomunión. Y aún va más allá relajándolos al juicio secular para su exterminio del mundo con la muerte.”

Tomás fue invitado por el papa Gregorio X a asistir al Concilio de Lyon II. Sin embargo, enfermó repentinamente y tuvieron que acogerle en la abadía de Fossanova. El Santo murió haciendo una enérgica profesión de fe el 7 de marzo de 1274, cerca de Terracina. Fue canonizado casi a los 50 años de su muerte, el 18 de enero de 1323. Declarado Doctor de la Iglesia en 1567 y santo patrón de las universidades y centros de estudio católicos, en 1880. Su festividad se celebra el 28 de enero. Considerado como uno de los más grandes filósofos del mundo Occidental, cabe destacar que él no se consideraba filósofo.

El aporte de Santo Tomás de Aquino es inmenso, difícil de resumirlo y abarcarlo completamente. Teniendo en cuenta que murió con cuarenta y nueve años y considerando que al mismo tiempo llegaría a recorrer unos 10 000 kilómetros en viajes a pie, se comprende que su obra sea calificada por algunos como una hazaña inigualable: “Apenas puede creerse todo lo que escribió los últimos años en París”.

Sus obras más extensas, y generalmente consideradas más importantes y sistemáticas, son sus tres síntesis teológicas o Summas:

1. Summa Theologiae
2. Summa contra Gentiles
3. Scriptum super Sententias.

Aunque el interés y la temática principal siempre es teológico, su obra abarca igualmente comentarios de obras filosóficas, polémicas o litúrgicas. Resulta especialmente conocido por ser uno de los principales introductores de la filosofía de Aristóteles en la corriente escolástica del siglo XIII y por representar su obra una síntesis entre el pensamiento cristiano y el espíritu crítico del pensamiento aristotélico. 


“Es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios”.



Angélico doctor Santo Tomás, gloria inmortal de la religión, columna firmísima de la Iglesia, varón santísimo y sapientísimo, que por los admirables ejemplos de tu inocente vida fuiste elevado a la cumbre de una perfección consumada, y con tus prodigiosos escritos eres martillo de los herejes, luz de maestros y doctores, y milagro estupendo de sabiduría;

¡Oh! quien acertara, Santo mío, a ser en virtud y letras verdadero discípulo, aprendiendo en el libro de vuestras virtudes y en las obras que con tanto acierto escribiste la ciencia de los santos, que es la verdadera y única sabiduría. 

¡Quién supiera hermanar, como vos, la doctrina con la modestia, y la alta inteligencia con la profunda humildad! Alcanzadme del Señor esta gracia, junto con el inestimable don de la pureza y haced que, practicando tu doctrina y siguiendo tus ejemplos, consiga la eterna bienaventuranza. Amé
n.







Autor: Fabrizio Nacimiento Oriz, Coordinador de la Pj de San Miguel-Dk4




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