domingo, 24 de mayo de 2020

43) San Juan Bosco

San Juan Bosco


Juan Melchor Bosco Ochienna, también llamado Don Bosco; I Becchi, 1815 - Turín, 1888.

Santo, sacerdote y pedagogo italiano, fundador de la orden salesiana. Hijo de un humilde matrimonio campesino, su niñez fue dura, pues después de perder a su padre tuvo que trabajar sin descanso para sacar adelante la hacienda familiar. Se cuenta que aprendió a leer en cuatro semanas; quería estudiar para ser sacerdote, por lo que tenía que hacer todos los días a pie unos diez kilómetros (a veces descalzo, por no gastar zapatos) para ir a estudiar al liceo de Chieri. Con el fin de pagar sus estudios trabajó en toda clase de oficios.

En 1835 ingresó en el seminario arzobispal de Turín, y en 1841 fue ordenado sacerdote. Ya por entonces sentía una viva preocupación por la suerte de los niños pobres de los barrios obreros de Turín, que vivía por aquellos años el auge de la Revolución Industrial, y particularmente por su imposibilidad de acceso a la educación.

Inspirándose en San Felipe Neri y en el prelado francés San Francisco de Sales, en 1844 fundó el Oratorio de San Francisco de Sales, cuya sede fijó dos años después en una casa de la periferia.

Estableció luego las bases de la Congregación de los sacerdotes de San Francisco de Sales, o salesianos (1851), aprobada en 1860, y de su rama femenina, el Instituto de Hijas de María Auxiliadora.

Tales instituciones, dedicadas a la enseñanza de los niños pobres, se desarrollaron con rapidez gracias al impulso de uno de los grandes pedagogos del siglo XIX. Además de recibir una educación cristiana, los alumnos podían familiarizarse e instruirse en diversos oficios, razón por la que se ha visto en Don Bosco a uno de los precursores de la moderna formación profesional.

Desde el punto de vista metodológico, Don Bosco implantó lo que él mismo denominaba «sistema preventivo», frente al sistema represivo tradicional.

La orden salesiana alcanza hoy en día 17.000 centros en 105 países, con 1.300 colegios y 300 parroquias, mientras que el instituto femenino de María Auxiliadora (las Hermanas Salesianas) posee 16.000 centros en 75 países, dedicados a la educación de la juventud pobre. 

Ya en vida de Don Bosco las instituciones por él fundadas llegaron a reunir más de cien mil niños pobres bajo su protección; su fama como educador y como santo favoreció su relación con importantes personalidades de su tiempo (entre ellas el monarca italiano Víctor Manuel II y los papas Pío IX y León XIII) y el apoyo a su labor filantrópica.

Además de su labor educadora y fundadora, San Juan Bosco publicó más de una cuarentena de libros teológicos y pedagógicos, entre los cuales cabe destacar El joven instruido, del que se llegaron a publicar más de cincuenta ediciones y un millón de ejemplares sólo en el siglo XIX.

El propio santo se encargó también de compilar y editar los llamados Sueños de Don Bosco, un total de 159 sueños en ocasiones premonitorios que tuvo a lo largo de su vida, el primero de ellos a los nueve años. 

Cuenta Don Bosco que, a esa edad, soñó que se hallaba en el patio de un colegio y que se lanzaba a puñetazos contra un grupo de muchachos que «decían malas palabras». Apareció entonces Jesucristo, quien le indicó que los vencería «no con puños, sino con amabilidad», y luego la Virgen María, que anticipó su destino de educador: su misión sería llevar la mansedumbre a los niños, una vez se hubiera hecho él mismo «humilde, fuerte y robusto».

San Juan Bosco murió la madrugada del 31 de enero de 1888 en Turín. Durante tres días, la ciudad piamontesa desfiló ante su capilla ardiente, a cuyo entierro acudieron más de trescientos mil fieles. Fue beatificado en 1929 y canonizado en 1934, durante el pontificado de Pío XI; para su canonización se presentaron seiscientos cincuenta milagros obrados por él. Su festividad se conmemora el día de su fallecimiento, el 31 de enero.

“Para trabajar con éxito, téngase caridad en el corazón y paciencia en la ejecución”.

 “No con golpes sino con amor”,

son la base de la educación salesiana con el Sistema Preventivo.

Don Bosco se preparaba para celebrar la misa de la Inmaculada cuando vio cómo el sacristán golpeaba a un joven porque decía que no sabía ayudar en misa. Don Bosco se conmovió y atendió al chico, huérfano y analfabeto de 16 años, surgiendo una amistad gracias a una simple frase: “¿Sabes silbar?”

El fundador de los Salesianos empezó con Bartolomé Garelli una nueva pedagogía educativa que sigue vigente hoy en día: no con golpes, sino con amor. Después de la misa rezaron juntos un Ave María y terminada la primera lección, Don Bosco le hizo prometer que regresaría el domingo siguiente con otros amigos. El joven cumplió lo prometido y regresó una semana después con una decena de jóvenes, casi todos albañiles como él.

El santo de los jóvenes conquistó a su primer alumno gracias a su cercanía y lo ganó para siempre. Ese momento, el 8 de diciembre de 1841, marca el inicio del Sistema Preventivo de Don Bosco, una pedagogía de la enseñanza en la que se pretende sacar a los jóvenes más necesitados de las calles y enseñarles un oficio.



La devoción al Corazón Inmaculado de María siempre estuvo presente en la vida de Don Bosco, antes incluso de que el Papa Pío IX proclamara el dogma de la Inmaculada en 1854. Tanto era así que quiso honrar a la Virgen que soñó a los 9 años con dos títulos que tenían que ver con su carisma y su misión con los jóvenes más desfavorecidos: Inmaculada y Auxiliadora.

En sus Memorias Biográficas, Don Bosco recuerda que “todas las bendiciones que nos han llovido del cielo son fruto del Ave María rezada con fervor y recta intención junto con el joven Bartolomé Garelli” y precisamente un 8 de diciembre de 1885 el fundador de los Salesianos manifestó que “de todo somos deudores a María porque todas nuestras cosas más grandes tuvieron principio y cumplimiento el Día de la Inmaculada”.

“Alegría, estudio y piedad: es el mejor programa para hacerte feliz y que más beneficiará tu alma.”

Don Bosco y María Auxiliadora.

En 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de "Auxiliadora", y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, un templo. Pero será exactamente en 1862, en plena madurez de Don Bosco, cuando éste hace la opción mariana definitiva: Auxiliadora.

"La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana". Desde esa fecha el título de Auxiliadora aparece en la vida de Don Bosco y en su obra como "central y sintetizador".

La Auxiliadora es la visión propia que Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia eclesial le hacer percibir a María como "Auxiliadora del Pueblo de Dios".



En 1863 Don Bosco comienza la construcción de la iglesia en Turín. Todo su capital era de cuarenta céntimos, y esa fue la primera paga que hizo al constructor. Cinco años más tarde, el 9 de junio de 1868, tuvo lugar la consagración del templo. Lo que sorprendió a Don Bosco primero y luego al mundo entero fue que María Auxiliadora se había construido su propia casa, para irradiar desde allí su patrocinio.

Don Bosco llegará a decir: "No existe un ladrillo que no sea señal de alguna gracia". Desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.

“El que pone su confianza en María, nunca será defraudado”.

ORACIÓN A DON BOSCO

Padre y Maestro de la juventud, San Juan Bosco, que dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo. Fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres, signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús, de modo que descubramos en Él y en su Evangelio el sentido de nuestra vida y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad a la vocación que hemos recibido de Dios, Para ser en la vida cotidiana constructores de comunión y colaborar con entusiasmo, en comunión con toda la Iglesia, En la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia al vivir una cota alta de vida cristiana, según el espíritu de las bienaventuranzas; y haz que, guiados por María Auxiliadora, podamos encontrarnos un día contigo en la gran familia del cielo.
AMEN


Autor: Flor Giménez - Sub Coordinadora PJA

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