41) San Blas

SAN BLAS

Blas de Sebaste, venerado como San Blas, fue un médico, obispo de Sebaste en Armenia (actual Sivas, Turquía), y mártir cristiano. Blas de Sebaste era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al clavársele en la garganta una espina de pescado. Este sería el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta el 3 de febrero. 

Blas hizo vida eremítica en una cueva en el bosque del monte Argeus, que convirtió en su sede episcopal. Y según la leyenda, en el lugar también se le acercaban los animales enfermos para que los curase. Sin embargo, no era interrumpido cuando el santo estaba en oración. 

Cuando llegó a Sebaste en el tiempo en la que se produjo la persecución contra los cristianos de Agrícola; la ultima persecución Romana, el gobernador de Capadocia, envió sus cazadores a que fueran a buscar animales para los juegos de la arena en el bosque de Argeus y encontraron muchos de ellos esperando fuera de la cueva de Blas. Allí lo encontraron en oración y lo detuvieron. 

Agrícola trató de que Blas renegara de la fe, pero no lo consiguió. El tiempo en la prisión le sirvió al santo para interceder a Dios y lograr que algunos presos se curen. Entonces el gobernador mandó a matarlo y fue arrojado a un lago. Pero Blas, de pie sobre la superficie (como el milagro atribuido también a Jesucristo), invitó a sus perseguidores a caminar sobre las aguas y así demostrar el poder de sus dioses. Pero todos se ahogaron. Cuando volvió a tierra (por orden de un ángel), fue torturado colgado de un poste y lacerado con rastrillos de cardar y finalmente decapitado. 

De esta manera murió mártir y partió a la Casa del Padre en el 316 D. C. 

Su culto se extendió por todo Oriente, y más tarde por Occidente. En la Edad Media, se llegaron a contabilizar solamente en Roma 35 iglesias bajo su advocación. Su festividad se celebra 3 de febrero en las Iglesias de Occidente y el 11 de febrero en las de Oriente. San Blas tiene el honor de ser uno de los catorce santos auxiliadores (para la Iglesia católica) y de los santos anárgiros (para la Iglesia ortodoxa). 

Se lo considera patrono de los enfermos de garganta (faringe) y de los otorrinolaringólogos. ​También es considerado segundo patrono de la República del Paraguay, de numerosas localidades españolas y de Dubrovnik (Croacia). 

Y en la edad antigua era invocado como Patrono de los cazadores, y las gentes le tenían gran fe como eficaz protector contra las enfermedades de la garganta. En muchos lugares, en el día de su fiesta, se daba la bendición de San Blas: se consagraban dos antorchas, generalmente por una oración, y luego eran mantenidas en forma de cruz por un sacerdote sobre las cabezas de los fieles, o eran tocados en la garganta con ellas diciendo: "Por intercesión de San Blas, te libre Dios de los males de garganta". Es por ello que se le representa sosteniendo dos antorchas cruzadas en su mano simbolizando su bendición.-  

 

¡Oh san Blas, obispo de Sebaste!

os suplicamos vuestra mediación

para que llevéis ante el trono del Altísimo

esta necesidad que hoy nos aflige,

que nuestras suplicas sean oídas y atendidas,

y que no nos falte nunca la voz

para cantar contigo las alabanzas del Señor,

buscar su voluntad,

implorar su perdón y misericordia Divina

y pedirle fuerzas para servirle mejor. 

Amén.

 

 

 

 

 

Autor: Perla Lezcano - Representante de la PJ San Ramón Nonato - DK9