San Gregorio Magno - Padre de la Iglesia Latina
San Gregorio Magno es el cuarto y último de los originales Doctores de la Iglesia Latina. Defendió la supremacía del Papa y trabajó por la reforma del clero y la vida monástica.
Combatió la herejía nestoriana. Hizo contribuciones claves a la cristología.
Nació en Roma alrededor del año 540, hijo de Gordianus, un senador afluente que llegó a renunciar al mundo y ser uno de los siete diáconos de Roma.
Después de que Gregorio adquiriese una buena educación, el Emperador Justino lo nombró, en 574, magistrado principal de Roma. Tenía solo 34 años.
Después de la muerte de su padre edificó siete monasterios, el último de los cuales fue en su propia casa en Roma, que se llamó Monasterio Benedictino de San Andrés. El mismo tomó al hábito monástico en el 575, a la edad de 35 años. Fue ordenado diácono y nombrado legado pontificio en Constantinopla.
Después de la muerte de Pelagio, San Gregorio fue escogido unánimemente Papa por los sacerdotes y el pueblo, el día 3 de septiembre del año 590. Ejerció su cargo como verdadero pastor, en su modo de gobernar, su ayuda a los pobres, en la propagación y consolidación de la fe.
Mantenía contacto con todas las iglesias y a pesar de sus sufrimientos y labores, compuso grandes obras. Entre ellas hay magnificas contribuciones a la Liturgia de la Misa y el Oficio. Tiene escritas muchas obras sobre teología moral y dogmática.
Su extraordinario trabajo le valió el nombre de "Magno" ("El Grande") . Su celo era extender la fe por todo el mundo.
GREGORIO MAGNO, DE LA FAMILIA DE LOS ANICIOS
Familia profundamente cristiana de la que ha llegado a los altares; sus padres y sus dos tías, Társila y Emiliana. En este ambiente de religiosidad se desarrolló su espíritu mientras Roma llegaba a lo más bajo de la curva de su caída. Cuando el poder imperial fue restablecido en Roma, en manos ya de Constantinopla, Gregorio comienza su formación cultural.
No sobresale en la literatura, pero sí en los estudios jurídicos, donde encuentra una magnífica preparación para sus futuras actividades. Terminada su carrera de Derecho, acepta del emperador Justino II el cargo de prefecto de Roma, con todas las funciones administrativas y judiciales.
GREGORIO MONJE
Pero su corazón aspiraba a cosas más altas, y tras una desgarradora lucha interior, que manifiesta en una carta a su amigo San Leandro de Sevilla, Roma ve un día cómo su prefecto cambia sus ricas vestiduras por los austeros hábitos de los campesinos que San Benito había adoptado para sus monjes. Su mismo palacio del monte Celio fue transformado en monasterio.
Gregorio es feliz en la paz del claustro, aunque pronto será arrancado de ella por el mismo Sumo Pontífice, que le envía como Nuncio a Constantinopla. De aquí en adelante añorará siempre aquellos cuatro años de vida monacal.
EL MONJE GREGORIO, PAPA
En 586, llega a Roma cuando las aguas del Tíber se desbordan y siembran la desolación. Personas ahogadas, palacios destruidos, hambre y la peste. Una de las víctimas de la peste es el Papa Pelagio II.
Y Gregorio es elegido Papa para suceder a Pelagio, quedando apartado de la soledad que buscaba en el monasterio. Ya no vivirá más la paz de la vida monacal, pero la espiritualidad de aquellos hombres entregados a la oración le marcará para siempre.
En su fecundo Pontificado, destaca su celo por la liturgia, la organización definitiva del canto litúrgico, que se conoce aún con el nombre de "canto gregoriano". Era el “Psalite sapienter” del salmo y de San Benito, cuyo estilo y estética litúrgicos, ha heredado también Benedicto XVI, a más del nombre del Fundador de los Monjes de Occidente y Patrono de Europa: San Benito.
Se le reconoce a San Gregorio la compilación del Antiphonario, la revisión y reestructuración del sistema de música sacra, la fundación de la famosa Schola Cantorum de Roma y la composición de varios himnos muy conocidos. Pero su verdadera obra se proyecta en otras direcciones. Se le venera como el cuarto Padre de la Iglesia Latina, por haber dado una clara expresión a ciertas doctrinas religiosas que aún no habían sido bien definidas y quizá su mayor labor fue el fortalecimiento de la Sede.
Gregorio es el pastor auténtico, que quiere lo mejor para sus ovejas que viven en la unidad del mismo Amor. No ahorrará para ello trabajos ni sacrificios. Su voz se levanta potente y su pluma escribe sin descanso; el que no había sobresalido en sus estudios literarios nos ha legado un tesoro inagotable en sus escritos, de estilo sencillo y cordial.
Y no se contenta con las ovejas que ya están en el verdadero redil; su corazón se lanza a la conquista de Inglaterra, ganándola para el catolicismo. Para todos es el padre amante, cuyas preocupaciones son las de sus hijos.
En su corazón, san Gregorio fue siempre un monje sencillo; por ello, era firmemente contrario a los grandes títulos. Él quería ser —es expresión suya—
"Servus Servorum Dei"
(siervo de los siervos)
Estas palabras, que acuñó él, no eran en sus labios una fórmula piadosa, sino la verdadera manifestación de su modo de vivir y actuar. Estaba profundamente impresionado por la humildad de Dios, que en Cristo se hizo nuestro servidor, nos lavó y nos lava los pies sucios. Por eso, estaba convencido de que, sobre todo un obispo, debería imitar esta humildad de Dios, siguiendo así a Cristo. Su mayor deseo fue vivir como monje, en permanente coloquio con la palabra de Dios, pero por amor a Dios se hizo servidor de todos en un tiempo lleno de tribulaciones y de sufrimientos, se hizo "siervo de los siervos". Precisamente porque lo fue, es grande y nos muestra también a nosotros la medida de su verdadera grandeza.
VIRTUDES DEL PASTOR
Genio práctico en la acción, fue ante todo el buen pastor cuya solicitud se extiende a toda su grey. No es tan sólo Roma la que merece sus cuidados, sino todas las Iglesias España, Galia, Inglaterra, Armenia, el Oriente, toda Italia, especialmente las diez provincias dependientes de la metrópoli romana.
Fue incansable restaurador de la disciplina católica. En su tiempo se convirtió Inglaterra y los visigodos abjuraron el arrianismo.
EL CULTO Y LA CARIDAD
Renovó el culto y la liturgia y reorganizó la caridad en la Iglesia. Sus obras teológicas y la autoridad de las mismas fueron indiscutidas hasta la llegada del protestantismo. Dio al pontificado un gran prestigio. Su voz era buscada y escuchada en toda la cristiandad. Su obra fue curar, socorrer, ayudar, enseñar, cicatrizar las llagas sangrantes de una sociedad en ruinas.
No tuvo que luchar con desviaciones dogmáticas, sino con la desesperación de los pueblos vencidos y la soberbia de los vencedores.
La obra realizada por San Gregorio Magno fue inmensa; aun con su gran humildad, había procurado por todos los medios no aceptar el mando supremo de la Iglesia.
Pero una vez elegido Papa por el clero, el senado y el pueblo fiel, y bien vista su elección por el emperador, se entregó a aquella tarea para la que toda su vida anterior había sido una providencial preparación.
Murió el 12 de marzo de 604.
JUAN PABLO I SE PROPUSO IMITARLE
Al tomar posesión de la Catedral de San Juan de Letrán, pronunció estas palabras Juan Pablo I:
En Roma, estudiaré en la escuela de San Gregorio Magno, que dice:
«Esté cercano el pastor a cada uno de sus súbditos con la compasión. Y olvidando su grado, considérese igual a los súbditos buenos, pero no tenga temor en ejercer, contra los malos, el derecho de su autoridad. Recuerde que mientras todos los súbditos dan gracias a Dios por cuanto el pastor ha hecho de bueno, no se atreven a censurar lo que ha hecho mal; cuando reprime los vicios, no deje de reconocerse, humildemente, igual que los hermanos a quienes ha corregido y siéntase ante Dios tanto más deudor cuanto más impunes resulten sus acciones ante los hombres »
ALGUNAS DE SUS GRANDES OBRAS:
Regla pastoral: Es una obra que, en realidad, aspira a presentar el perfil ideal del obispo, pero, a lo largo de la historia, ha sido también de gran utilidad para los presbíteros, que han encontrado, en sus páginas, esclarecedoras orientaciones acerca de cómo han de vivir el ministerio pastoral.
Regla Pastoral - Online
La "Regla"; Libro II de los "Diálogos": Entre los textos latinos que nos ha legado la antigüedad cristiana destaca la «Regla» de san Benito, tanto por sus cualidades intrínsecas como por el influjo que ha ejercido en la evolución de la vida religiosa en Occidente y aun en la formación misma de Europa. Se la ha calificado de «condensación monástica para el futuro». Y en realidad no solo resume de un modo genial la doctrina y las instrucciones de los Padres, sino que nos ha llegado con un mensaje perfectamente válido, como lo atestiguan los miles de monjes que siguen practicándola hoy. Como complemento a la «Regla», esta edición incluye el Libro II de los «Diálogos», en el que san Gregorio Magno traza con precisión el perfil biográfico de san Benito, al que llama «varón de vida venerable, lleno de espíritu de todos los justos».
La Regla, Libro II de los Diálogos - Online
Las parábolas del Evangelio: En sus comentarios a doce parábolas, San Gregorio anima al amor a Dios y al prójimo, a la corrección fraterna y a luchar contra la tentación.
Homilías sobre los Evangelios: Una selección de las Homilías sobre el Evangelio, que aparecen encuadradas en dos grupos según su carácter y las cuestiones que aborda el autor: las dedicadas a temas ascéticos y las del Tiempo litúrgico.
Homilías de San Gregorio Magno - Online
ALGUNAS DE SUS FRASES
“Una cosa es adorar imágenes, utilizarlas para enseñar con su ayuda lo que debe ser adorado es otra. La escritura es para los letrados lo que las imágenes para los ignorantes que a través de ellas ven lo que han de aceptar, leen en ellas lo que no saben leer en los libros.”
“La paciencia consiste en tolerar todos los males ajenos con ánimo tranquilo, y en no tener ningún resentimiento con el que nos los causa.”
"Importa que el pastor sea puro en sus pensamientos, intachable en sus obras, discreto en el silencio, provechoso en las palabras, compasivo con todos, más que todos levantado en la contemplación, compañero de los buenos por la humildad y firme en velar por la justicia contra los vicios de los delincuentes. Que la ocupación de las cosas exteriores no le disminuya el cuidado de las interiores y el cuidado de las interiores no le impida el proveer a las exteriores",
Para interiorizarnos en su vida, te dejamos las palabras dichas en Audiencias por nuestro Papa Emérito Benedicto XVI
Audiencia General del 28 de mayo del 2008
Audiencia General del 04 de junio del 2008
San Gregorio fue GRANDE, por su entrañable amor a Dios expresado en su servicio al prójimo. Vos, ¿qué estás haciendo hoy por tu prójimo que necesita de tí para conocer a Dios? Tu prójimo que se encuentra en tu hogar (mamá, papá, hermanos) y los que están afuera (vecinos necesitados, compañeros laborales, etc.)
Señor Dios,
que cuidas a tu pueblo con ternura
y lo gobiernas con amor.
Te pedimos que, por intercesión
del Papa San Gregorio Magno,
concedas el Espíritu de sabiduría
a quienes has establecido
como maestros y pastores de la Iglesia,
para que así el progreso de los fieles
constituya el gozo eterno de sus pastores.
Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén.
Autor: Fernanda Urdapilleta - Sub coordinadora del Decanato 6.
Nominamos a: Gianella Giménez - Animadora de la PJ de Virgen de las Mercedes - Dk 10 para el siguiente #SantosChallenge.
Imágenes extraídas de Aciprensa
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