San Anselmo de Canterburry - Doctor Magnífico
Una de las figuras más luminosas de la tradición de la Iglesia e incluso de la historia del pensamiento occidental europeo. La ejemplar experiencia monástica de San Anselmo, su método original al considerar el misterio cristiano, su sutil doctrina teológica y filosófica, su enseñanza sobre el valor inviolable de la conciencia y sobre la libertad como adhesión responsable a la verdad y al bien, su apasionada obra de pastor de almas, dedicado con todas sus fuerzas a la promoción de la "libertad de la Iglesia", nunca han dejado de suscitar en el pasado el más vivo interés, que el recuerdo de su muerte está felizmente volviendo a encender y favoreciendo de diversos modos y en muchos lugares.
Nació en Aosta del Piamonte, una ciudad de Italia.
A los 15 años intentó ingresar en un monasterio, pero el abad, sabiendo que el padre de Anselmo, Gandulfo, se oponía a ello, no quiso admitirle. Mientras el papá lo animaba a ser un triunfador en el mundo, la madre le mostraba el cielo azul y le decía:
"Allá arriba empieza el verdadero reino de Dios"
El papá lo llevaba a fiestas y a torneos. Pero, aunque Anselmo participaba con mucho entusiasmo, después de cada fiesta mundana sentía su alma llena de tristeza y desilusión. Y exclamó:
"El navío de mi corazón pierde el timón en cada fiesta y se deja llevar por las olas de la perdición"
Entonces, Anselmo se fue inclinando más a ganarse el cielo que las glorias humanas.
Ingreso junto a los Benedictinos y estudio con ellos con bondad y Alegría. Anselmo dirá luego que :
"Mis progresos espirituales, después de Dios y mi madre, los debo a haber tenido unos excelentes profesores en mi niñez, los Padres Benedictinos"
San Anselmo era gran devoto de la Virgen María y decía que no hay criatura tan sublime y tan perfecta como ella y que en santidad sólo la supera Dios.
Escuchando la historia de un monje famoso se encamina a Francia, ahí lo encuentra y se llama Lanfranco, con él se hace monje benedictino. El monje Lanfranco recibe a Anselmo con gran amabilidad y se dedica a dirigirlo y a formarlo. En adelante serán grandes amigos y Anselmo irá reemplazando a su maestro en los cargos venideros. A Lanfranco lo nombran arzobispo de Canterbury y más adelante Anselmo llega a ser Arzobispo de la misma ciudad.
San Anselmo fue sin duda el mayor teólogo de su tiempo y el "padre de la escolástica". Como tal, es precursor de Santo Tomás de Aquino. La Iglesia no había tenido un metafísico de su talla desde la época de San Agustín. Al mismo tiempo su piedad permitía que Dios lo orientara hacia la Verdad Suprema. Con corazón e inteligencia se acercó a los misterios cristianos:
"Haz, te lo ruego, Señor que yo sienta con el corazón lo que toco con la inteligencia"
La escolástica es el pensamiento que surgió en la edad media que se basó en la coordinación de la Fe y la razón para explicar los misterios cristianos y la revelación, con la ayuda de la filosofía griega y las revelaciones de Dios se explicaba los sucesos terrenales y celestiales.
Esta corriente predomino en las escuelas y en los estudios generales de la época y dieron lugar a las universidades.
La escolástica incentivó al razonamiento y la especulación, pues se usaba mucho la lógica y la presentación de ideas con fuertes argumentos de base.
Todas aquellas verdades que podemos conocer a través de nuestras experiencias deben ser alcanzadas mediante el recto uso de la razón , pero respecto de aquellas que nos han sido reveladas, esta debe ir detrás de la fe, la filosofía debe ponerse al servicio de la teología.
San Anselmo estudio mucho y llego a ser considerado el primer escolástico, sus dos obras que él escribió tuvo un gran impacto en la época: Monologion y Proslogion (si, así de raros sus nombres, pero en la época eran nombres normales) estas obras se centraban en su debatido argumento Ontológico, ¿Onto qué?, si, así mismo Argumento Ontológico, que aunque suene raro simplemente se refiere a la demostración de la existencia de Dios o mejor dicho de que Dios es.
Los argumentos ontológicos (porque hay muchas formas de explicar) se basa en una teoría sobre la organización del universo y demostrando que esa estructura es verdadera, el argumento proveerá razones por las cuales Dios debe existir, sino nada podría ser.
En su libro Proslogion San Anselmo fue el primero que uso este argumento. Para aclarar la idea, muchos podemos decir que Dios creó el mundo, pero lo bueno de San Anselmo es que él razonando demostró la existencia de Dios.
Desde la Propuesta de San Anselmo, pocas ideas filosóficas han generado tanto interés y discusión como el argumento ontológico.
Para San Anselmo el mundo es obra de Dios, y tuvo lugar "ex nihilo", a partir de la nada. Ello no debe interpretarse como si la nada fuese la causa de la creación, nos dice: la causa de la creación es Dios. Tampoco debe interpretarse la nada como si fuese "algo" indeterminado, o una materia preexistente sobre la que Dios actuará. La creación es un acto libre de Dios mediante el cual el mundo es traído a la existencia de un modo radical, absoluto, originario.
Igualmente compuso los tratados de la verdad, la libertad, el origen del mal y el arte de razonar, llegando así a ser uno de los autores más leídos en la Iglesia Católica. Durante siglos los maestros de teología han leído y citado las enseñanzas de este gran sabio.
Al ser nombrado arzobispo de Canterbury y comenzar así su camino más doloroso, se manifestaron muy claramente su amor a la verdad, su rectitud, su rigurosa fidelidad a la conciencia, su libertad episcopal,su honradez episcopal, su trabajo incansable por librar a la Iglesia de los condicionantes temporales y de las servidumbres de cálculos incompatibles con su naturaleza espiritual.
Al respecto, son ejemplares sus palabras al rey Enrique:
Para San Anselmo, primado de la Iglesia de Inglaterra, vale el principio:
Desde este punto de vista no duda en afirmar:
Precisamente por eso se siente dispuesto incluso al sacrificio supremo:
Al respecto, son ejemplares sus palabras al rey Enrique:
"Respondo que ni en el bautismo ni en ninguna otra ordenación mía he prometido observar la ley o la costumbre de vuestro padre o del arzobispo Lanfranco, sino la ley de Dios y de todas las órdenes recibidas"
Para San Anselmo, primado de la Iglesia de Inglaterra, vale el principio:
"Soy cristiano, soy monje, soy obispo; por tanto, quiero ser fiel a todos, según la deuda que tengo con cada uno"
Desde este punto de vista no duda en afirmar:
"Prefiero estar en desacuerdo con los hombres, antes que, por estar de acuerdo con ellos, estar en desacuerdo con Dios"
Precisamente por eso se siente dispuesto incluso al sacrificio supremo:
"No tengo miedo de derramar mi sangre; no temo ninguna herida en el cuerpo ni la pérdida de los bienes"
Esta oración:
"Dios, te lo ruego, quiero conocerte, quiero amarte y poder gozar de ti. Y si en esta vida no soy capaz de ello plenamente, que al menos cada día progrese hasta que llegue a la plenitud"
permite comprender el alma mística de este gran santo de la época medieval, fundador de la teología escolástica, al que la tradición cristiana ha dado el título de "doctor magnífico", porque cultivó un intenso deseo de profundizar en los misterios divinos, pero plenamente consciente de que el camino de búsqueda de Dios nunca se termina, al menos en esta tierra.
La claridad y el rigor lógico de su pensamiento tuvieron siempre como objetivo "elevar la mente a la contemplación de Dios". Afirma claramente que quien quiere hacer teología no puede contar sólo con su inteligencia, sino que debe cultivar al mismo tiempo una profunda experiencia de fe. La actividad del teólogo, según San Anselmo, se desarrolla así en tres fases: la fe, don gratuito de Dios que hay que acoger con humildad; la experiencia, que consiste en encarnar la Palabra de Dios en la propia existencia cotidiana; y por último el verdadero conocimiento, que nunca es fruto de razonamientos asépticos, sino de una intuición contemplativa.
Al respecto, para una sana investigación teológica y para quien quiera profundizar en las verdades de la fe, siguen siendo muy útiles también hoy sus célebres palabras:
"No pretendo, Señor, penetrar en tu profundidad, porque no puedo ni siquiera de lejos confrontar con ella mi intelecto; pero deseo entender, al menos hasta cierto punto, tu verdad, que mi corazón cree y ama. No busco entender para creer, sino que creo para entender"
El santo murió a sus 76 años un miércoles de la Semana Santa, el 21 de abril de 1109, entre los monjes de Canterburry. Sus últimas palabras antes de morir fueron:
"Allí donde están los verdaderos goces celestiales, allí deben estar siempre los deseos de nuestro corazón"
Fue declarado Doctor de la Iglesia por el Papa Clemente Xl, en l720.
Cronológicamente, San Anselmo aparece entre San Agustín y Santo Tomás. Lógicamente también es intermediario entre estos dos grandes genios y apenas inferior a ellos. Teólogo-filósofo, por su estudio racional del dogma, prosiguió lo que el primero había preparado, y así abrió el camino a todo lo ancho para el segundo.
Menos brillante que esos dos astros del firmamento de la Iglesia, sin embargo - declaró San Pío X - fue:
Menos brillante que esos dos astros del firmamento de la Iglesia, sin embargo - declaró San Pío X - fue:
“poderoso en obras y en palabras, y sobre el océano de las almas brilla como un faro de doctrina y de santidad”.
Y vos joven ¿seguís pensando que la fe y razón van por caminos separados? Anímate a leer un poco más de sus obras:
El deseo de la contemplación de Dios - San Anselmo
Tratado sobre la Verdad - San Anselmo
Tratado sobre la caída del demonio - San Anselmo
(Al darle "click" ingresas a la página donde lees en línea o podes descargar en tu móvil dando otro click a "GET"/"OBTENER")
Señor Dios, Tú que suscitaste en san Anselmo un deseo ardiente de encontrarte en la oración y la contemplación en medio del ajetreo de las ocupaciones cotidianas, ayúdanos a buscar tiempo en el ritmo frenético de nuestra época, entre las preocupaciones y trabajos de la vida moderna, para conversar contigo, que eres nuestra única esperanza y salvación. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén |
Autor: Juan Ortiz, Coordinador del decanato 9.
Nominamos a: Felipe Britez, Coordinador de la Pj de Niño Salvador del Mundo-Dk11 al siguiente #Santoschallenge.
Imagen sacada de Aciprensa
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